sábado, 29 de diciembre de 2012

Las novelas de caballerías

El género de la novela puede a la vez dividirse en dos grandes sub-apartados: las novelas de caballerías y las novelas sentimentales. En la entrada de hoy, voy a intentar hablar sobre el origen de las novelas de caballerías, sus características y las obras más famosas, por el momento.


En las novelas de caballerías sobrevivían los temas y actitudes de la Edad Media: la defensa del honor, la idealización de la mujer y el ejercicio individual de la justicia.
El héroe caballeresco era un caballero que luchaba en la guerra y sobresalía por sus hazañas. 
Salía en busca de aventuras, y dispuesto a sostener con las armas, y contra cualquier tipo de enemigos, los principios por los que lucha. El ámbito en el que se movía el caballero era fantástico (puesto a que sus hazañas eran extraordinarias y sobrenaturales): vencía a gigantes y a seres monstruosos. Castillos, ínsulas, encantamientos y hechos sobrehumanos aparecían constantemente en el mundo novelesco de los caballeros andantes. Su vida era una cadena interminable de hazañas.


El origen de este género data de principios del siglo XII, cuando Normandía (antigua provincia del noroeste de Francia) estaba gobernada por una corte de Enrique II Plantagenet (que accedió al trono en 1153) y Leonor de Aquitana,  reina de Francia desde entonces. 


Normandía, en aquellos tiempos, era un territorio con una gran concentración culta puesto a que fue el único territorio donde los conocimientos generales y la cultura de la gente, estaban más desarrollados. Estamos hablando de una zona que estaba plagada de eruditos (personas que tienen y demuestran poseer sólidos y profundos conocimientos sobre una o incluso múltiples disciplinas como era el caso de Chrétien de Troyes (poeta difusor de la novela occidental) y de Marie de France.


Retrato de Godofredo de Monmouth en la obra
'Historia Regum Britanniae'
En el año 1066 se produjo un hecho importante: la invasión de los normandos en el sur de Inglaterra. Los británicos indignados con la situación decidieron no aceptar la introducción de productos en su país procedentes de Francia  (como los cantares de gesta) y hicieron lo propio, creando una historia británica que era totalmente ficticia, claro. En el 1135, el monje   de orígen galés, Godofredo de Monmouth escribió en latín la primera novela de caballerías de toda la historia: 'Historia Regum Britanniae' (Historia de los reyes ingleses, traducción del  latín).

Esta, es una crónica pseudohistórica ya que es un texto que está basado en hechos históricos pero que no siguen las convenciones historiográficas y del método histórico; y tienen la intención de minar sus conclusiones. El autor, mezcla la cultura grecolatina con las leyendas de Inglaterra, contando la leyenda del Rey Arturo 
y los caballeros de la mesa redonda, entre otros.

A partir de entonces, la novela de Godofredo de Monmouth sirvió como fuente de inspiración para muchos autores y eruditos de la época, que crearon diversas obras. Esta 'hornada' de pequeñas novelas hizo que se descubrieran muchos sucesos de la época de los cuales nunca se había hablado hasta entonces. 


La obra, El Arte de Amar, escrita por Ovidi.
Finalmente, el amor que aparecía entre los personajes de los libros de caballerías de aquella época, procedían y se basaban en la obra Ars Amandi (El arte de amar, en español) de Ovidi. Había una gran obsesión por el amado y el amor siempre requería un período de observación a distancia previo, con lo cual, penetraba por la vista, de primeras. También había una cierta especulación por parte del amado (en silencio) previa a la declaración final, ya que el amado quería estar seguro de la correspondencia de sus sentimientos. 

El amor perfecto era aquél que se confeccionaba espiritualmente. Es decir, a través de intercambio de cartas, sin haber ningún contacto físico. Por contra, no importaba si este no era correspondido puesto a que lo único verdaderamente importante era serle fiel a la otra persona. Finalmente, podemos decir que el amor era considerado una enfermedad dada la fuerte pasión con la que sentían los amados y una vez se fijaban en el otro, ya no podían quitarse de la cabeza su rostro, el cual perduraría años y años. Llegaba el punto en el que los amantes no tenían apetito ni podían descansar lo suficiente, por 
el duro continuo recuerdo de su amado. 

Este tipo de amor, el amor como enfermedad, se encuentra en las novelas sentimentales como por ejemplo, la obra de Tristán e Isolda

El gran éxito de Chrétien de Troyes llega a la Península, gracias a las traducciones del francés al castellano, y inspira a algunos escritores obras propias como la Gran conquista de Ultramar (1291-1295), el libro del Caballero Zifar (1300) y Amadís de Gaula (s. XIV).


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